El pasado lunes 17 de marzo, Roatán, Islas de la Bahía, se convirtió en escenario de una tragedia aérea que enlutó a Honduras, cobrando la vida de doce personas.
Sin embargo, en medio de la tragedia y la desesperación, dos pecadores locales se convirtieron en los héroes inesperados de la noche.
«Es una historia que jamás olvidaré», afirma Aldair Alemán, uno de los pescadores que, junto a su compañero, logró rescatar a cuatro sobrevivientes de las aguas turbulentas.
¿Qué hacían en el lugar del impacto?
En una llamada telefónica concedida a TV Azteca Honduras, el pescador Aldair Alemán, relató minuto a minuto de los eventos que precedieron, acompañaron y siguieron al fatídico accidente.
El heroico ciudadano, reveló que exactamente esa noche se encontraba buscando carnada junto a varios amigos de pesca; algunos se dirigieron hacia el sur, mientras que Aldair y su compañero permanecieron en la zona oeste, cerca del aeropuerto.

Cuestión de segundos
«Le dije a mi amigo, ese es el último avión que sale… eran las seis de la tarde», recuerda Alemán.
«Vimos el avión y, en cuestión de segundos, se desplomó», dijo.
Según su testimonio, se encontraban a apenas cien metros del lugar del impacto. «Gracias a Dios, no nos cayó encima», expresa con alivio.
«Estábamos a un minuto del avión», añade, sin imaginar la escena que enfrentarían a continuación.

Cadáveres flotando y gritos de auxilio
Los pescadores tomaron la arriesgada decisión de acercase a buscar a sobrevivientes, aún con el temor de no saber si el avión explotaría en algún momento.
“Lo primero que encontramos fueron cadáveres flotando, cuando nos acercamos más a la cola del avión comenzamos a escuchar a la gente pidiendo auxilio, se estaban ahogando”, narra.
«Había personas con extremidades fracturadas, huesos expuestos, cráneos visibles… Fue un momento de gran tensión, pero me sentí bien de poder ayudar en medio del pánico», describe conmovido.
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Asimismo, relató que los servicios de emergencia tardaron hasta media hora en desplazarse a la zona del impacto, sin contar con el equipo necesario, únicamente con su lancha.
“Estábamos esperando a los bomberos del aeropuerto, se tardaron de 25 a 30 minutos, no había lanchas de rescate, lo único que había era mi lancha”, expuso.