Enil Edil Mejía Zúniga, mejor conocido como el “Chino”, es un hondureño de 34 años originario del departamento de Olancho, que fue detenido y sentenciado por el delito de tráfico de migrantes hacía Estados Unidos.
Entre noviembre de 2020 y marzo de 2023, el olanchano lideró una red internacional desde San Antonio, Texas, donde vivía de forma ilegal.
Tiempo en el que movilizó a personas desde Asia, África y América del sur hasta el país norteamericano, demostrando el nivel financiero y logística de la organización de el «Chino».
Millones gracias al tráfico de migrantes
Durante su libertad, Enil organizó el tráfico de migrantes de al menos 11 países, entre los cuales estaba Afganistán, Yemen, Egipto, India, Pakistán y Colombia.
El proceso comenzaba luego de que los migrantes contactaran con un intermediario pakistaní, con ese en Brasil.
Este se coordinaba con el hondureño para movilizar a las personas por Sudamérica y Centroamérica, para finalmente guiarlos hasta el Río Grande en compañía de coyotes armados.
Una vez llegando a Estados Unidos, los extranjeros era alojados en casas de seguridad y hoteles en San Antonio, Texas.
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Siguiendo este protocolo, se calcula que la organización logró trasladar, en más de tres años, entre 2,500 y 3,000 personas.
Asimismo, se dice que cobraban entre 6,500 y 12,000 a cada una, y en algunos casos, hasta 20, 000 por el cruce de dos hermanos.
¿Cuánto ganaba el “Chino” con este negocio?
El tráfico de migrantes representó para Mejía Zúniga, su principal fuente de ingresos, pues según sus propias declaraciones, ganaba hasta 30, 000 dólares por cada grupo de 10 personas que finalizaba con éxito su viaje.
La red también generaba lo suficiente para pagar a conductores, adquirir casas clandestinas y comprar armas y logística militarizada.
Para evidencia de ello, las autoridades recabaron pruebas contundentes como: transferencias bancarias, libros de contabilidad, identificaciones extranjeras y fotos de los miembros del grupo con armas y dinero en efectivo.
Sentencia para el “Chino”
A Mejía Zúniga se le impuso una condena de 10 años de prisión, además de tres años de libertad supervisada y una multa de 4,500 dólares.
También fueron capturados sus coacusados, incluidos la mexicana Mónica Hernández Palma, y las hondureñas Allyson Álvarez Zúniga y Genyi Arguenta Flores.
Mientras tanto, otro miembro clave permanece detenido en México y pendiente de extradición.
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