Este domingo 10 de agosto la tercera temporada de “Mamá, Quiero Ser Chef” llega a su final y solo dos de nuestros chefcitos lograron clasificar luego de demostrar su talento domingo a domingo.
Eva Velásquez, quien cautiva con dulzura, sensibilidad y amor por la cocina a los jueces y el público, y Mauricio Reyes, quien se destaca por su fuerte personalidad, su disciplina y sus técnicas culinarias.
Dos estilos totalmente opuestos, pero que demostraron tener todo para llegar hasta el último episodio de la mejor cocina de Honduras.
Luego de una semifinal que se vivió en dos emocionantes episodios con momentos claves: la preparación de un platillo para invitados especiales, elaboración de un plato dedicado a sus madres y la presentación de la receta que les daría el boleto a su clasificación.

¿Cómo fue el proceso de nuestros chefcitos en Mamá, Quiero Ser Chef?
Eva, dulce, tierna y profundamente familiar, convirtió cada preparación en un gesto de amor. Desde su audición, demostró sensibilidad y dominio técnico al presentar una sopa de tomate rostizado con ajo rostizado, una propuesta sencilla en apariencia, pero ejecutada con equilibrio y profundidad de sabor.
Ya en la semifinal, cocinó una mariscada con espaguetis para Judith Bellino, la reconocida presentadora de noticias de Fuerza Informativa Azteca y amante de los mariscos, a quien cautivó con la exquisitez de su platillo.
Luego, preparó un «chapsui» de pollo solicitado por su madre, el cual estaba cargado de amor, respeto y memoria, evocando los sabores de su hogar.
Pero no fue hasta que presentó una sopa azteca que obtuvo su pase directo como finalista y le permitió ganarse la admiración de los jueces al demostrar su conocimiento sobre la cultura gastronómica de otros países.
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Por su parte, Mauricio, demostró desde su audición ser un chico muy enfocado y sin miedo a los retos, cocinando un risotto, conocido por ser un palto con una preparación exigente, pero que el ejecutó a la perfección.
En la semifinal, cocinó Yolany Leiva, uno de los talentos de la revista televisiva «Venga La Alegría«, quien creyó ponerle un verdadero obstáculo al asignarle unos ravioles. Sin embargo, nuestro finalista entregó un plato exquisito.
Luego, sorprendió a su madre con unos latkes de papa acompañados de salmón curado en limón, una combinación creativa que deslumbro por su elegancia.
Finalmente, lo que lo llevo a clasificar fue un pollo chuco reinterpretado con su toque personal. Aunque el jurado no lo probó por estar semicrudo, su trayectoria y consistencia lo respaldaron.

No cabe duda de que Eva y Mauricio han recorrido caminos distintos, pero ambos han demostrado ser unos pequeños llenos de verdadero talento y pasión por la cocina.
Ahora, con todo lo aprendido y con un sueño por cumplir, se enfrentan al último desafío: La gran final de «Mamá, Quiero Ser Chef». No te la pierdas este domingo a las 7:00 de la noche.